Tipos de suelo
Según su estructura y textura
Las partículas que constituyen el suelo, le confieren capacidades biológicas y productivas, y pueden ser de tres tipos. Podemos encontrar partículas gruesas, que se denominan arenas, partículas de tamaño medio llamadas limos y partículas finas que se conocen como arcillas.
Dependiendo de la proporción de partículas y su disposición, un suelo puede ser:
Arcilloso: puede ser apto para el cultivo si se mezcla con humus para potenciar su fertilidad.
Calizo: contiene una gran cantidad de sales, es propio de climas secos y no apto para la agricultura.
Arenoso: no retiene agua, carece de materia orgánica por lo que resulta poco fértil.
Pedregoso: está compuesto mayoritariamente de piedras, no retiene la humedad y no es apto para la agricultura.
Humífero: denominado así por la cantidad de humus que contiene, su color es oscuro y es ideal para cultivar.
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